Las heladas colinas de Aguas Fuertes

Tras luchar durante dos días completos en la guarida de los goblins, los aventureros llegaron al la más profunda sala de la mazmorra donde residía el cabecilla de los goblins que habían atacado Aguas Fuertes.

El pobre diablo andaba obsesionado con resucitar al semidios bajo cuya protección habían construido el asentamiento. Esa era la razón por la que habían atacado la aldea. El goblin creía que sería capaz de llevar a cabo el hechizo tomando como base un tosco totem de madera que representaba su efigie. Mirttas rápidamente comprendio que las pretensiones del goblin eran imposibles, y dado que lo único que los goblins querían de la aldea era recuperar el cuerno del totem, una vez que la imagen estuviera completa, los goblins ya no representan ninguna amenaza para la aldea, los aventureros perdonaron la vida al chamán y volvieron con las noticias a Aguas Fuertes.

El invierno parecía haberse dado prisa este año y, pese a que no era tiempo todavía, los compañeros convinieron que lo primero que harían al llegar a la aldea sería comprar ropas de más abrigo.

Una vez en Aguas Fuertes se reunieron con la Dama Fuego Lunar quien tras reconocer las molestias que se habían tomado por el bienestar del pueblo les comentó que en una torre lejana habitaba un fantasma que, si conseguían avistar, podría responder las preguntas que el grupo tenía sobre su pasado.

Los aventureros, contentos de oir esto, preguntaron a la elfa por la situacion de la torre, y La Dama les propuso que sus magos conjurarían un hechizo de teletransporte para llevar a los aventureros hasta el lugar... A cambio, los aventureros deberían dirigirse a la fuente del extraño frío que azotaba a Aguas Fuertes. Al parecer había una fuerza sobrenatural que estaba controlando el tiempo y perjudicando con él a la aldea. Si el tiempo no volvia a la normalidad pronto las cosechas se perderían y la gente pasaría hambre.

Los tres hermanos fueron instruidos sobre la localización de la fuente del frío y, tras recibir tres pócimas de curación partieron.

El frio era cada vez intenso y Mirttas empezó a sufrir las consecuencias. Sus miembros morados le causaban dolor a cada paso y cada vez estaba más debil. La ventisca que azotaba a los compañeros les hacía imposible orientarse y los mapas que La Dama Fuego Lunar y Curuvar les habían proporcionado les eran completamente inutiles.

Con las pocas fuerzas que le quedaban, Mirttas consiguió reconocer algunas señales en la nieve, gracias a su exepcional conocimiento del medio natural, mientras que Mangalas descubria los puntos más resguardados para mantener a salvo al grupo. Jolias, por su parte, consiguió con sus poderes aliviar el sufrimiento de Mirttas hasta que llegaron a un claro en donde habían tres colinas.

Mangalas fue la primera en intuir movimiento en la cima de las colinas y rápidamente comprendieron que se hallaban en una emboscada.

La pícara fue la primera en atacar y antes de que los goblins se dieran cuenta ya había subido a una colina y degollado al más cercano. Jolias corrió detras de ella mientras lanzaba furiosamente su mirada de desafío. Por su parte Mirttas detectó al cabecilla e invocó su hechizo más poderoso contra él: "Esfera Llameante".

El chamán inmediatamente congeló el suelo que pisaba Mirttas y la maldijo para dejarla a merced de sus honderos.





El grupo estaba dividido y Jolias tuvo que gastar todos sus poderes curativos (tambien las pociones) cuando ya no pudo más quedó inconsciente en el suelo tras sufrir el poder del chamán goblin a la vez que una lluvia de piedras.

Todo parecía perdido pero en el ultimo momento las hermanas lograron sobreponerse y matar al cabecilla de la horda, lo que hizo al último hondero que quedaba vivo salir corriendo.

La jornada había sido dura y sobre todo fría por lo que los tres hermanos decidieron descansar en la más alta de las colinas antes de proseguir su camino...








Tras despertarse, el grupo se apresuró a continuar su camino hacia la torre. El frio aumentaba a cada paso pero, gracias a la memoria de Mirttas y a la habilidad que Mangalas había demostrado para orientarse en el hielo, en pocas horas llegaron a su destino.

Una torre completamente helada se erguía, sobrecogedora, frente a los tres hermanos. En la superficie de los muros de la torre podían verse, cinceladas en la roca, figuras demoníacas adoptando diferentes posturas. Unas luchaban, otras comían, otras bramaban con sus fauces bien abiertas.... Pero no era la decoración de la roca lo que más llamó la atención a nuestros aventureros, si no la enorme capa de hielo que cubría cada centímetro de la torre. No era simple escarcha, la torre estaba cubierta en algunas zonas por casi dos metros de hielo. Podría decirse que este hielo se había creado muy lentamente pues era transparente como el cristal, o que era muy antiguo, pero el clima de esas latitudes no permitiría algo asi, se trataba de un hielo sobrenatural, tanto como el clima que habían sufrido desde que partieron de Aguas Fuertes.

Tras inspeccionar la zona, buscando un medio para entrar a ella, nuestros aventureros no encontraron otra entrada que la obvia. El camino a la puerta de la torre se hallaba guardado por al menos quince estatuas y la puerta se encontraba recubierta por un metro y medio de hielo.

Todo parecía calmado y Mirttas decidió que combatiría el hielo que cubría la puerta con sus poderes. Usando su hechizo de manos ardientes consiguió deshacerse de medio metro de hielo en una fracción de segundo, después de esto, Jolias decidió que terminaría el trabajo con su mangual.

La puerta estaba, por fin, al descubierto pero cerrada con llave. Mangalas se aproximó y tras unos momentos de duda forzó la cerradura y abrió las puertas de la torre de par en par. Al otro lado de la puerta les esperaba lo que resultó ser una estraña criatura, nacida de la hechicería con el fin de proteger la torre, inmediatamente se lanzó contra ellos.

En ese mismo instante las estatuas que bordeaban el camino a la torre y que habían parecido completamente inofensivas a los hermanos, cobraron vida y se dispusieron también a atacar.

Mirttas inmediatamente invocó a su esfera llameante bloqueando la retaguardia del grupo y al mismo tiempo provocando daños en los homunculos.



Tras intercambiar unos golpes con los varios homunculos con aspecto de cánido Jolias se saltó frente al que parecia el lider y permanecía cubriento la puerta y alzó su pesado mangual para asestarle un golpe mientras aullaba, en ese preciso momento, el símbolo de la buena fortuna que su padre le había legado centelleó y los brazos del clérigo se imbuyeron con un poder inesperado. El mangual cayó sobre la cabeza del la criatura, penetró en el cráneo y en el cuello hasta toparse con las clavículas, mientras sus sesos saltaban en todas direcciones. El guardián murió en el acto, tan súbitamente que no tuvo tiempo de usar sus poderes para defenderse.

Mientras tanto Mirttas y Mangalas se deshicieron de los demás homunculos con bastante soltura. Una vez asegurada la entrada de la torre los aventureros se sentaron para recuperarse del susto.

Minutos más tarde se sentían un poco mas restablecidos y decidieron entrar en la torre. La escarcha lo cubría todo y la piedra estaba tallada con los mismos demonios que la decoraban por fuera. Mangalas comenzó a explorar sigilosamente y encontró una habitación donde el tiempo parecía haberse detenido, mejor dicho congelado.

Incluso las llamas de la chimenea permanecían estáticas y azuladas. Jolias pensó que lo mejor sería caldear el ambiente liberando a las llamas de su prisión helada y golpeó con fuerza.

El golpe resonó en la parte trasera de la cabeza de Mirttas, justo sobre el cuello.... Una extraña sensación recorrió su estómago y sus muslos a la vez.... Dos palabras tomaron formaron en su mente....

"Caos Elemental"

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